viernes, 16 de noviembre de 2012

Un metodo interesante: La equinoterapia con caballos

En esta semana vamos a hablaros sobre una terapia muy curiosa que nos puede ayudar, sobre todo a los niños pequeños y a las personas con discapacidades o problemas psicolóligos. Vamos a hablaros de la equinoterapia con caballos, ya que es el  único animal con el que se puede realizar. En ella es básico el movimiento del caballo, su andar, pero también su expresión y forma de comportarse.

                                        
La equinoterapia no consiste en enseñar al enfermo a montar a caballo. Se basa en la colocación del paciente de forma adecuada a cada caso particular, de manera que el movimiento estimule su cuerpo y así facilitar la rehabilitación.


La equinoterapia consiste en la integración del caballo y la persona en un solo ser. La relación que existe entre el movimiento del animal y la respuesta de la persona enferma es la base de esta medicina natural.

En personas con dificultades motrices, el trote del caballo es esencial ya que produce sensaciones muy similares a las que sentimos los humanos al caminar, por lo que el enfermo vuelve a familiarizarse con este movimiento.

Precisamente el trote del caballo tiene varias modalidades, dependiendo de la fuerza o velocidad que le de el animal, por tanto, las respuestas que producen en las personas son muy variadas y agilizan su recuperación.

Los movimientos del andar equino producen vibraciones que a su vez se transmiten por la médula, con una frecuencia aproximada de 180 oscilaciones por minuto. Por tanto, el cerebro recibe la misma información que si caminara. Por ello, es fundamental cabalgar sin montura, para que el contacto con el animal sea total y la persona reciba el calor que desprende el caballo, así como el movimiento en las piernas y pelvis. El caballo es el único animal que produce este estímulo neurológico.

Para los familiares de las personas enfermas, la equinoterapia también puede serle muy útil para mantener el ánimo arriba.

La otra aplicación más común, además de mejorar los movimientos motrices y equilibrio, radica en personas con problemas de comunicación o comportamiento, sobre todo en niños y jóvenes.
 
Como curiosidad hemos investigado la procedencia de esta terapia y hemos descubierto que los primeros en darse cuenta de los efectos terapéuticos del caballo fueron los griegos, ya que la equitación en la época era un deporte muy apreciado, que además tonificaba el cuerpo y ayudaba a mejorar el estado de ánimo.