lunes, 8 de abril de 2013

Una terapia con burros


Esta semana vamos a hablar de una raza de burro, el burro Andaluz, que está en peligro de extinción, y hoy en día se suele usar para terapias de niños, con problemas físicos o psíquicos. En Córdoba hay una asociación llamada ADEBO, desde 1989, que se encarga de desarrollar una labor de conservación y bienestar de aquellas razas de burros que se encuentran en peligro de extinción. Su objetivo es la lucha por salvar de la extinción a la raza asnal andaluza o cordobesa. 






El burro andaluz ha sido  un amigo inseparable del hombre durante siglos. Un animal sensible, inteligente, pero a su vez resistente y trabajador. Las labores de labranza, han sido realizadas por el burro Andaluz durante siglos, en olivares y tierras de cultivo. Los pocos ejemplares se localizan en Andalucía y en Extremadura. En un origen, fue un animal importantísimo para el crecimiento de las explotaciones cerealistas y olivareras.

Se imparten talleres de Asinoterapia o asnoterapia, en contacto con el burro para un uso terapéutico,  donde personas con enfermedades mentales experimentan las cualidades de estos animales tranquilos y dulces.

La terapia consiste en realizar diferentes ejercicios adecuados al grado de discapacidad de cada niño participante, a lomos del burro o en un carro tirado por el mismo, a lo largo de un recorrido acotado en el que se presentan al niño diferentes objetos con los que tiene que interactuar.

Los beneficios físicos y emocionales para el paciente que ofrecen los animales de compañía han sido reconocidos recientemente por los hospitales psiquiátricos y por las residencias geriátricas y está bien documentada la evidencia de que la presencia de animales puede tener una función tranquilizadora para los pacientes.
Los burros son además un foco de atención para los niños. Incluso el más inquieto, agitado o retraído de los niños se muestra mucho más tranquilo cuando acaricia o habla a los burros.



Aprender nuevas habilidades en una terapia con burros en un ambiente seguro y afectuoso es también divertido. Marcar metas simples y accesibles en cada sesión de asinoterapia aumenta la motivación del niño, elevando su autoestima y confianza que tan a menudo falta en muchos niños. El simple hecho de montar mejora el equilibrio y la agilidad de muchos niños.
Esperamos que os haya gustado, y que hayáis aprendido cosas nuevas sobre este animal.
¡UN SALUDO!




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