Esta semana vamos a hablar de una raza de
burro, el burro Andaluz, que está en peligro de extinción, y hoy en día se
suele usar para terapias de niños, con problemas físicos o psíquicos. En
Córdoba hay una asociación llamada ADEBO, desde 1989, que se encarga de desarrollar una labor de conservación y bienestar de
aquellas razas de burros que se encuentran en peligro de extinción. Su objetivo
es la lucha por salvar de la extinción a la raza asnal andaluza o
cordobesa.
El burro andaluz ha sido un amigo inseparable del
hombre durante siglos. Un animal sensible, inteligente, pero a su vez
resistente y trabajador. Las labores de labranza, han sido realizadas por el burro
Andaluz durante siglos, en olivares y tierras de cultivo. Los pocos ejemplares se localizan en
Andalucía y en Extremadura. En un origen, fue un animal importantísimo
para el crecimiento de las explotaciones cerealistas y olivareras.
Se imparten talleres de Asinoterapia o
asnoterapia, en contacto con el burro para un uso terapéutico, donde
personas con enfermedades mentales experimentan las cualidades de estos
animales tranquilos y dulces.
La terapia consiste en realizar
diferentes ejercicios adecuados al grado de discapacidad de cada niño
participante, a lomos del burro o en un carro tirado por el mismo, a lo largo
de un recorrido acotado en el que se presentan al niño diferentes objetos con
los que tiene que interactuar.
Los beneficios físicos y emocionales para el paciente que
ofrecen los animales de compañía han sido reconocidos recientemente por los
hospitales psiquiátricos y por las residencias geriátricas y está bien
documentada la evidencia de que la presencia de animales puede tener una
función tranquilizadora para los pacientes.
Los burros son además un foco de atención para los niños.
Incluso el más inquieto, agitado o retraído de los niños se muestra mucho más
tranquilo cuando acaricia o habla a los burros.
Aprender nuevas habilidades en una terapia con burros en
un ambiente seguro y afectuoso es también divertido. Marcar metas simples y
accesibles en cada sesión de asinoterapia aumenta la motivación del niño,
elevando su autoestima y confianza que tan a menudo falta en muchos niños. El
simple hecho de montar mejora el equilibrio y la agilidad de muchos niños.
Esperamos que os haya gustado, y que hayáis
aprendido cosas nuevas sobre este animal.
¡UN SALUDO!
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